El amanecer de la geología interplanetaria

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Después de la Tierra, Marte puede ser el planeta más estudiado en el sistema solar. Desde 1965, la humanidad ha enviado una nave espacial tras otra para examinar a nuestro vecino celeste. Los sobrevuelos capturaron las primeras fotografías en primer plano del planeta rojo, revelando una superficie rocosa y con cráteres. Los orbitadores encontraron volcanes imponentes, lechos de ríos secos y enormes tormentas que asfixiaron la delgada atmósfera con polvo.

Los módulos buscaron signos de vida en el suelo de color pardo, pero no encontraron ninguno. Los “rovers” esculpieron huellas de neumáticos en el suelo y detectaron moléculas orgánicas incrustadas en rocas de 3.000 millones de años, una señal de que quizás algunos “seres vivos” hayan existido hace mucho tiempo. Pero incluso después de más de 50 años de investigación y exploración, nuestra comprensión de Marte sigue siendo superficial. Las naves espaciales han perforado la roca y recolectado muestras de suelo, pero no han llegado más lejos.

Desde la invención del telescopio, la humanidad ha estado utilizando la tecnología para extender su alcance al cosmos sin siquiera levantarse del suelo. En órbita, la NASA tiene el Mars Reconnaissance Orbiter, Mars Odyssey y Maven. La Agencia Espacial Europea tiene Mars Express y el ExoMars Trace Gas Orbiter. La Organización de Investigación Espacial de la India tiene la Misión Mangalyaan. El conjunto de misiones a Marte, han inspeccionado los finos granos y excavado en el suelo de un mundo extraño. Hasta ahora sabemos mucho sobre la superficie de Marte, sobre su atmósfera e incluso sobre su ionosfera, pero no sabemos absolutamente nada de lo que sucede a un kilómetro por debajo de la superficie y mucho menos a 3.390 km hasta el centro.

El aterrizador InSight (es la abreviatura de Exploración interior mediante investigaciones sísmicas, geodesia y transferencia de calor), la última incursión de la humanidad en el planeta rojo, ha aterrizado. Este fue el final de un viaje de más de seis meses y 483 millones de kilómetros, a una velocidad de 9.978 km/h. En los próximos meses, InSight comenzará su estudio del inframundo marciano, “escuchará” los temblores (martemotos) y recopilará datos que se unirán en un mapa del interior del planeta rojo y ayudará a los científicos a entender cómo Marte y otros planetas rocosos se formaron. Esas lecciones también podrían arrojar luz sobre los orígenes de la Tierra.

InSight se estableció en Elysium Planitia, una llanura lisa y plana en su mayoría sin rocas ni cerros y cerca del rover Curiosity de la NASA. En las próximas semanas, un brazo robótico desempaquetará algunos instrumentos científicos y los colocará suavemente en el suelo. Las herramientas sondearán lo que está pasando a gran profundidad debajo de la superficie.

Tres capas, igual que la Tierra

Las observaciones han permitido construir modelos donde Marte, al igual que la Tierra, tiene tres capas distintas: una corteza delgada y rocosa, un manto y un núcleo de metal. Más allá de eso, los científicos todavía están en la oscuridad sobre el comportamiento interno del planeta. Algunas cosas simples que todos deseamos aprender: ¿qué tan gruesa es la corteza de Marte? ¿Con qué frecuencia tiembla el suelo con los martemotos? ¿Qué tan grande es el núcleo fundido de Marte? ¿Cuánto calor fluye debido a la desintegración de los elementos radiactivos en el núcleo?

InSight usará dos instrumentos principales: un paquete con forma de cúpula que contiene sismógrafos y una sonda de calor que se enterrará aproximadamente a 5 metros. Los sismógrafos, producirán lo que son esencialmente sonogramas de las entrañas del planeta. En particular, los científicos están buscando registrar entre 10 a 100 martemotos de magnitud 3,5 o superior durante la misión de dos años del módulo de aterrizaje. Los temblores en Marte no son causados por la tectónica de placas, como en la Tierra. En su lugar, se generan cuando la corteza del planeta se agrieta debido al enfriamiento y la contracción en su interior. Los sismógrafos también podrían detectar otras vibraciones sísmicas producidas por los meteoros que golpean Marte.

Además, un tercer instrumento se enfocará en el módulo de aterrizaje, rastreando su posición a medida que el planeta se tambalea sobre su eje durante su órbita alrededor del sol, lo que puede revelar información sobre el tamaño del núcleo del planeta y si es fundido o sólido. Los científicos esperan que la misión InSight ayude a explicar por qué la Tierra y Marte, forjados a partir de la misma materia hace miles de millones de años, se convirtieran en mundos tan diferentes.

Un viaje al pasado gracias a InSight

Estas mediciones nos ayudarán a hacer retroceder el reloj unos 4,6 mil millones de años y comprender qué produjo una Tierra verde y un Marte desolado. El núcleo de hierro fundido giratorio de la Tierra genera el campo magnético que protege a la vida de las radiaciones dañinas y ayuda a evitar que la atmósfera sea eliminada por el choque de partículas con alta energía, transportadas por el viento solar. En algún momento de su historia, Marte perdió su campo magnético y gran parte de su atmósfera, causando que las temperaturas cayeran y exponiendo su superficie a una radiación intensa. InSight ayudará a explicar el por qué.

Aunque pasarán semanas antes que InSight envié sus primeras mediciones de las profundidades marcianas, el aterrizaje del lunes marca una transformación científica. La geología, la más terrenal de todas las ciencias, está a punto de convertirse en interplanetaria.

 

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