Un visitante en el vecindario

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Nadie sabe de dónde vino, pero ahora está aquí. Los astrónomos de todo el mundo están monitoreando un cometa interestelar que se precipita a través de nuestro sistema solar, conocido por el momento como C / 2019 Q4. ¡Y la persecución está en marcha! Es la segunda vez en menos de dos años que vemos un objeto de otra estrella en nuestro vecindario cósmico. La primera vez, inició una carrera mundial para inspeccionar a Oumuamua antes que se escapara. Era tan misterioso que algunos astrónomos comenzaron a considerarlo como un objeto enviado por una civilización alienígena avanzada.

El segundo objeto interestelar fue detectado por primera vez el 30 de agosto de 2019 por Gennady Borisov, astrónomo del Observatorio Astrofísico de Crimea, Ucrania. Borisov tiene fama de cazador de cometas, pero todos ellos habían sido “de por aquí”, como todo lo demás en nuestro sistema solar: planetas, lunas y asteroides, que trazan una órbita alrededor del Sol.

Posteriormente, el 10 de septiembre, Piotr Guzik y sus colegas de Polonia y los Países Bajos observaron el cometa utilizando el telescopio Herschel ubicado en La Palma (Islas Canarias) y el telescopio Gemini North en Hawái. En el momento de las observaciones, el objeto estaba a unos 413 millones de kilómetros del Sol y a 512 millones de kilómetros de la Tierra. Las imágenes revelaron un cometa que mide entre 2 y16 km de ancho. También mostraron una coma (atmósfera que envuelve al núcleo) prolongada, así como una cola ancha y corta que emana en una dirección antisolar. “El coma extendido y la cola ancha que muestra el objeto contrastan con la apariencia puramente asteroide de Oumuamua”, dijeron Guzik y sus coautores en el artículo en arXiv.org.

Las observaciones con los telescopios revelaron que el cometa C / 2019 Q4 ingresó al Sistema Solar desde el espacio interestelar a 33,8 km/s en la constelación de Cassiopeia, se mueve mucho más rápido que cualquier otro objeto que orbita el sol. Sin embargo, esto tiene que ver con su trayectoria a medida que se acerca al Sol, y en particular a una medida llamada excentricidad. Un objeto que orbita su estrella en un círculo perfecto tiene una excentricidad de cero. Cuanto mayor es la excentricidad, más elíptica es la órbita. Mayor a uno, implica que el objeto no gira alrededor del Sol. Oumuamua, el primer visitante interestelar conocido, tenía una excentricidad de 1,2. Según los últimos datos, este cometa alcanza los 3,2. Esto claramente proviene del exterior del sistema solar.

Seguidamente, otro equipo de astrónomos, dirigido por Julia de León del Instituto de Astrofísica de Canarias, realizó mediciones de la luz solar reflejada por C / 2019 Q4 en la noche del 12 de septiembre de 2019. Al estudiar estos espectros, los científicos pueden sacar conclusiones sobre la composición química, incluida la forma en que podría diferir de los cometas que “nacieron” alrededor de nuestro Sol. Pero, “el espectro de este objeto es similar al de los cometas del sistema solar y esto indica que su composición debe ser idéntica”, dijo la Dra. de León. En los próximos días se esperan más resultados que revelen si además contiene moléculas orgánicas (basadas en carbono), como el cianuro (CN), visto en los cometas del Sistema Solar.

Algunos investigadores piensan que los cometas podrían haber “sembrado” la Tierra primitiva con estas moléculas orgánicas, potencialmente desempeñando un papel en los orígenes de la vida. Si se encuentran en un cometa de otro sistema estelar, podría tener profundas implicaciones para la potencial existencia de vida en los exoplanetas. Pero una composición similar a los cometas del Sistema Solar también sería una conclusión importante. Significaría que en otros sitios de nuestra galaxia, los procesos y condiciones son similares a los de nuestro Sistema Solar. Esto podría aumentar la posibilidad de que la vida tal como la conocemos, tenga la posibilidad de surgir en otras partes del cosmos.

El miércoles 18 por la noche, el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional, que rastrea y certifica pequeños objetos en el sistema solar, publicó lo que llamó una órbita preliminar que sugiere que el objeto es realmente interestelar. En caso de que más observaciones respalden un origen extrasolar, el objeto recibiría un nuevo nombre que comenzaría con “2I” (segundo objeto interestelar), seguido de algún término que recuerde al país o región que lo descubrió. Por ejemplo, Oumuamua ahora se conoce oficialmente como 1I / Oumuamua, después de la palabra hawaiana para explorador.

Actualmente, el cometa solo es observable durante unos 20 minutos en el crepúsculo, el resto del tiempo aparece en el cielo relativamente cerca del sol y no se puede apuntar directamente. La primera regla de la astronomía, es “no apunte un telescopio al sol”. Además, el coma difuso también oscurece los contornos del cometa. Los astrónomos tendrán más tiempo de observación con C / 2019 Q4 debido a que lo hallamos ingresando a nuestro Sistema Solar. A menos que el cometa se quiebre, los telescopios más grandes y potentes podrán monitorearlo hasta octubre del próximo año. El cometa aparecerá más brillante a mediados de diciembre, cuando se acerque más al sol.

La investigación de objetos interestelares desde una distancia cercana nos proporcionará datos únicos sobre otros sistemas estelares sin volar realmente hacia ellos. Podrían darnos información única sobre la evolución y composición de otros sistemas estelares y exoplanetas. Además, estos objetos probablemente han estado viajando entre sistemas estelares durante cientos de miles (o incluso millones) de años. Como resultado, sin duda han recolectado material en el camino o llevan las marcas de encuentros con otros objetos o fuerzas gravitacionales. En resumen, su composición y características de superficie pueden decirnos mucho sobre lo que hay en el medio interestelar.

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