¿Una arepa? No, gracias. Soy alérgico

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Hace unos años cuando Aarón, hijo de un colega, fue diagnosticado con alergia al maíz sus padres pensaron: “no más arepas, cachapas, empanadas o cotufas”. Es bastante común encontrar el maíz en nuestra dieta, debido a que sus proteínas se utilizan para hacer muchos productos. Por ejemplo, al tomar té helado embotellado que contiene ácido cítrico, este a menudo proviene de un moho que se genera en el azúcar, que a su vez es derivado del maíz.

Más allá, Aarón tendría que renunciar a la carne de supermercado rociada con ácido láctico de azúcar de maíz fermentado, frutas enceradas con químicos derivados del maíz, tomates madurados con gas etileno proveniente del maíz y leche con vitaminas obtenidas del maíz. “Es una planta tan útil”, diría Aaron sobre el maíz. Se puede convertir en muchísimas cosas que, desde su perspectiva, tratan de matarlo. Y eso sin contar a todos los alimentos procesados ​​hechos con jarabe de maíz, almidón alimenticio modificado, goma xantana, saborizantes artificiales, alcohol de maíz, maltodextrina, derivados del maíz. ¡Una verdadera pesadilla!

La alergia al maíz es relativamente rara. Pero vivir con esta alergia es entender muy íntimamente cómo el maíz está en todas partes. La mayoría de las 1.050.000 toneladas cultivadas en Venezuela no están destinadas a ser consumidas desde la mazorca, debido a que la planta es una fuente de almidones útiles que se encuentran en toda la cadena de suministro.

No es sólo la comida, se extiende también a los productos de higiene debido a que una gran variedad de ingredientes del jabón, como la glicerina, pueden provenir del maíz.

Es tan así, que actualmente Aarón estaría buscando un jabón a base de aceite de oliva o coco, que vendría usando durante años, pero recientemente debido a la crisis es difícil de hallar. Y para completar esta tragedia, hace un año, la marca de detergente para lavar que tanto le gustaba, se reformuló para incluir ácido cítrico, por lo que también tendría que renunciar a eso.

Si usted es parte de los casi 4 por ciento de los adultos venezolanos que sufren de alergia a los alimentos, es posible que le interese saber por qué una arepa podría enfermarlo de un solo bocado, mientras que el relleno es solo perjudicial para su cintura. Aunque consideremos que el camarón, el maíz y la leche son sustancias muy diferentes, el hilo conector entre los “ocho grandes” alergenos, es el tipo de proteína que contienen.

Lo que parecen tener en común, es que son relativamente estables durante la digestión y presumiblemente permiten que el sistema inmune las “vea” más fácilmente. Cuando las proteínas en cuestión son detectadas por el sistema inmunológico en las personas con alergias, el tipo de anticuerpo que se pone en acción es la llamada inmunoglobulina E (IgE), que los humanos desarrollamos durante la evolución como una defensa contra los parásitos, según indican los científicos.

Difícil tratar la alergia al maíz

En el 2012, la revista Plant Foods Human Nutrition publicó un estudio que demostraba que algunas prolaminas del maíz (zeínas) contienen secuencias de aminoácidos muy parecidas a las del gluten del trigo (gliadina), las cuales son las responsables de activar la reacción autoinmune.

En algunos casos, esto provoca una reacción exagerada del sistema inmunológico, que en última instancia conduce a síntomas que van desde una dermatitis, erupción cutánea, secreción nasal, tos, hasta un shock anafiláctico. Debido a que la anafilaxia es potencialmente mortal y puede suceder en cualquier momento al entrar en contacto con el alérgeno, es importante evitar esta interacción.

En Venezuela, se ha encontrado que las alergias a los alimentos causan aproximadamente 3000 casos de emergencia y de 100 a 200 muertes por año. En el caso particular de la alergia al maíz, la mejor manera de tratarla es previniendo su consumo (de cualquier alimento o producto derivado), porque dirigirse al hospital con una alergia al maíz puede ser particularmente desgarrador. Donde el desinfectante de manos está elaborado con etanol de maíz, las pastillas contienen almidón de maíz como relleno y las soluciones intravenosas son hechas con dextrosa.

El peligro acecha en cada esquina

Ya de adulto, Aarón fue a ver a un especialista por una migraña y su médico insistió en que se le colocara una inyección intravenosa que contenía dextrosa. Y mientras estaba en medio de la migraña, tuvo que explicar al médico sobre el hecho de que realmente no podían usar la solución con dextrosa. En el momento, se dio cuenta de lo relevante que era decirle a un reconocido especialista que cambiara su tratamiento. Debido a que la alergias al maíz es muy rara, muchos médicos no están familiarizados con el peligro potencial de esta afección. De hecho, él fue el primer caso que el médico había visto en muchos años de práctica y no sabía cómo tratarlo adecuadamente.

Para culminar, es importante tener en cuenta que saber cómo evitar entrar en contacto con el maíz y sus derivados es una cosa, pero saber cómo sortear reuniones sociales donde el peligro de padecer una reacción alérgica acecha en cada esquina, es otra cosa. Aarón nos cuenta que ahora tiene dos reglas cuando sale a compartir con los amigos. Primero, come previamente en casa. Segundo, ordena un agua mineral y algo de picar en la mesa, y tiene que seguir contestando a la pregunta: ¿Una arepa? “No, no puedo, es que soy alérgico”.

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