El freno al desarrollo de las fuerzas productivas ha sido de tal magnitud que, expresado en la destrucción de capitales, supone la mitad del pib. De los 400 mil millones de dólares de 2013, se ha esfumado alrededor de 50% para finales de 2018.
La base material que debemos plantearnos no puede ser otra que construir una nueva Venezuela desarrollada, lo que pasa por alcanzar la revolución industrial.