La dictadura seguirá gobernando con la Fuerza Armada, el Psuv, y la estructura paraestatal para la distribución de las bolsas Clap y otras limosnas, sostenidas con base en los dineros públicos.
Maduro es el foco. Pero nosotros y ellos, todos, sabemos que el problema lo trasciende. Ha dado lo suyo. Su capacidad histriónica, aunque sin carisma, lo hacen el mensajero.
La culminación de esta jornada en torno de la ayuda humanitaria, cuya eficacia política fue evidente, parece abrir hoy una nueva etapa en la lucha contra el régimen.
La eficacia política parece centrada en la presión internacional. Lo que da pie a dejar subalterna la participación popular que apenas sirve como telón de fondo de un camino estratégico centrado en lo anterior.
Para muchos, estamos condenados a vender nuestra alma a uno u otro diablo. En las circunstancias actuales, la hegemonía imperialista a decir menos, está en disputa.