El salario del hambre puede derivar en el salario del miedo. Del que sentirá la tiranía. Esta expresión se usa para titular la célebre cinta, El salario del miedo, dirigida por Henri Clouzot, basada en la novela homónima de George Arnaud.
Ya el espejismo que vieron algunos chavistas comienza a disiparse. Ya salen de la borrachera. Las palabras de Padrino, hechas realidad, y los precios de mercado, anuncian que la pesadilla sigue, pero peor.
Es una salida capitalista en toda regla que afianza el carácter dependiente y semicolonial de Venezuela. Inicialmente dolariza, aunque deja abierta la posibilidad de cambiar al yuan, y a otras monedas.
El freno al desarrollo de las fuerzas productivas ha sido de tal magnitud que, expresado en la destrucción de capitales, supone la mitad del pib. De los 400 mil millones de dólares de 2013, se ha esfumado alrededor de 50% para finales de 2018.
El Gobierno busca salir al paso de una circunstancia que parece no haber previsto, confiando en que la estrategia minera les daría suficientes recursos como para mantener la política importadora