Cristóbal Colón y sus hombres llevaron muchas cosas a Europa después de su viaje al Nuevo Mundo: maíz, papas y, según el consenso académico general, la sífilis. La procedencia de la enfermedad ha sido fuente de acalorados debates en las últimas décadas, debido a que algunos estudiosos argumentan que fueron los exploradores europeos quienes llevaron la irónicamente llamada “enfermedad de Cupido” a las Américas. En su mayor parte, los habitantes de América fueron abatidos por enfermedades como resultado de la exploración de Colón. Los indígenas venezolanos nunca se habían encontrado con microbios mortales como la viruela, el sarampión y el tifus, fueron exterminados por ellos porque no tenían inmunidad. Sus muertes se contaron por miles.
Comprender la evolución de la sífilis y el grupo al que pertenecen las enfermedades treponémicas podría ayudar a los científicos a predecir mejor la propagación de patógenos en la actualidad. Los primeros informes de sífilis se remontan a finales del siglo XV, coincidiendo con el regreso de Cristóbal Colón y sus hombres de su viaje a las Américas. El erudito y poeta alemán Ulrich von Hutten, en su trabajo sobre la sífilis, escribió: “En 1493, esta grave enfermedad comenzó a extenderse entre la gente”. Los síntomas eran horribles: llagas genitales, abscesos y úlceras que cubrían el cuerpo, dolor severo en músculos y articulaciones. Las úlceras podían devorar hasta el hueso y el cartílago, e incluso podrían ser mortales.
El primer gran brote se produjo en 1495, tras la marcha de Carlos VIII a Nápoles con 50.000 soldados y su posterior regreso a Francia, probablemente propagando la enfermedad por toda la ruta. Para el cambio de siglo, la sífilis se había propagado y cada país culpaba al otro. Alternativamente, se la conoció como “la enfermedad francesa”, “la enfermedad de Nápoles”, “la enfermedad de Burdeos”, “la enfermedad alemana” y “la enfermedad polaca”. A medida que se extendió más allá de Europa, la gente de Oriente Medio lo llamó “las pústulas europeas”. Fue a partir de la publicación del poema Sífilis de Fracastoro, en la década de 1530, que se empezó a usar el nombre “sífilis”. A mediados de la década de 1500, la virulencia de la infección pareció disminuir y en el siglo XVII, apareció un cuadro de la sífilis bastante similar a la enfermedad moderna: una enfermedad crónica más leve, en lugar de la infección grave y aguda que apareció a principios del siglo XVI.
Hoy sabemos que la sífilis es causada por la bacteria Treponema pallidum. La enfermedad se presenta en varias etapas, que pueden estar separadas por semanas o años. La infección generalmente comienza con un chancro (sífilis primaria): una llaga indolora que se puede formar en los genitales o la boca. La llaga se quita en unas cuatro a ocho semanas y luego va seguida de una erupción en la mayor parte del cuerpo (sífilis secundaria). Meses o años después la sífilis terciaria puede manifestarse de diversas formas, provocando cambios mentales, incluida la locura, patologías cardiacas y gomas blandas: crecimientos similares a tumores que pueden aparecer en muchos de los tejidos del cuerpo.
A pesar de todo lo que sabemos sobre la sífilis, ¿cuál es su origen? Todavía hay cierto misterio en torno a donde comenzó. En los últimos 20 años se han publicado varios artículos que examinan esqueletos en Europa con lesiones que sugieren infecciones por sífilis. Si bien los restos óseos en las Américas han documentado una amplia evidencia de sífilis, incluso en hasta el 14% de los esqueletos de la República Dominicana, que se remontan a hace más de 4.500 años, la evidencia esquelética de infección europea es escasa.
A pesar de que Bruce Rothschild, un investigador que ha estudiado la sífilis histórica, ha indicado que “la sífilis es claramente un producto del Nuevo Mundo”, los grandes avances en la ciencia han permitido echar luz sobre este tema. Utilizando el ADN del patógeno extraído de las osamentas de nueve europeos (de Finlandia, Estonia y Holanda), los investigadores han encontrado evidencia de que la epidemia fue de cosecha propia: diversas cepas de sífilis circulaban en Europa, quizás décadas antes de los viajes de Colón. Los hallazgos se publicaron en la revista Current Biology.
Los investigadores trituraron los huesos y los analizaron en busca de signos de ADN treponémico, que es notoriamente difícil de recuperar porque la bacteria está presente solo en pequeñas cantidades y se descompone rápidamente. A pesar de ello, lograron extraer, secuenciar el ADN treponémico y compararlo con las secuencias de una cepa de sífilis moderna. Además, utilizaron una técnica de reloj molecular que rastrea los cambios en los genes a lo largo del tiempo para estimar las edades de las cepas, calibraron esas edades con la datación por carbono de los esqueletos y la madera de los ataúdes en los que fueron enterrados. Los resultados obtenidos les restaron culpa a Colón y sus marineros de llevar la enfermedad a Europa. La coautora de la investigación, la profesora Verena Schunemann, dijo: “Parece que el primer brote de sífilis conocido no puede atribuirse únicamente a los viajes de Colón a América”.
Si bien la enfermedad ahora se puede tratar con antibióticos, la cantidad de casos de sífilis en el mundo aumentó en un 13,3% entre 2018 y 2019, después de alcanzar un mínimo histórico hace más de dos décadas. Cualquiera que sea la causa del nuevo resurgimiento de la enfermedad, está claro que la sífilis sigue siendo un problema grave. Mientras tanto, la historia de la sífilis está lejos de estar muerta y enterrada.