Un nuevo descubrimiento nos daría una pista para saber si la vida surge en otras partes del Sistema Solar. Usando una nueva técnica de análisis, los científicos creen que han encontrado una proteína extraterrestre, escondida dentro de un meteorito que cayó a la Tierra hace unos 30 años. Si bien no es una prueba de un “encuentro cercano del tercer tipo”, el descubrimiento de esta proteína muestra que hay componentes básicos de la vida en una roca espacial. Durante mucho tiempo, los científicos han teorizado que los ingredientes necesarios para la vida en la Tierra pudieron haber venido desde el espacio exterior, originándose en regiones distantes del Sistema Solar y transportados a la Tierra por meteoritos, asteroides o cometas.
El meteorito, conocido como Acfer 086, de 173 gramos, que golpeó a Argelia en 1990, contiene la proteína hemolitina. Dentro de la hemolitina hay hierro y litio, dos elementos básicos para la vida, tal como indicaron los investigadores en un documento cargado el 22 de febrero en el servidor de preimpresión arXiv y en espera de su eventual publicación en los Proceedings of the National Academy of Sciences. Su trabajo aún no se ha revisado por pares, pero las implicaciones de este hallazgo son notables. Si sus resultados se pueden replicar, será la primera proteína identificada que no se originó aquí en la Tierra. Por este motivo, invitan a otros científicos a repetir sus experimentos para comprobar estos resultados.
Para validar la hipótesis de su origen espacial, el equipo de investigadores dirigido por el físico Malcolm McGeoch taladró el meteorito y extrajo material de su interior, después lo estudiaron mediante un equipo que permite identificar compuestos químicos, llamado espectrómetro de masas. Se utilizó el hidrógeno como elemento diferenciador, debido a que puede mostrar distintas relaciones de masa atómica (isótopos). La cantidad de protones y neutrones en los átomos de hidrógeno determina si estos son hidrógeno, deuterio o tritio. La proporción hallada en las proteínas de Acfer 086 difieren químicamente de las terrestres e indica que la nueva proteína no es el resultado de la contaminación del meteorito con sustancias terrenales.
Durante casi 50 años, los meteoritos del Sistema Solar han sido estudiados y se ha observado que presentan algunos componentes básicos para la vida tal como la conocemos. Por ejemplo, el cianuro podría desempeñar un papel en la construcción de moléculas necesarias para la vida, como la ribosa, un tipo de azúcar que se encuentra en el ARN y los aminoácidos. Existen muchos procesos que pueden producir proteínas, pero la vida, hasta donde sabemos, no puede existir sin ellas. Naturalmente, nos preguntamos: ¿Esto significa que hemos encontrado vida extraterrestre? Definitivamente no. Las proteínas se encuentran entre los ingredientes necesarios para la vida. Pero, técnicamente, no son una señal de vida.
Además, el equipo encontró un aminoácido, compuestos orgánicos que se combina para formar proteínas, conocido como glicina que estaba unido a otros elementos: hierro y litio. Cuando realizaron el modelado para saber qué ocurría, descubrieron que la glicina no estaba aislada, era parte de una proteína. La relación isotópica de hidrógeno arrojó que es similar a la encontrada en la nube de Oort, por tanto posiblemente se formó hace más de 4.600 millones de años en esta zona del Sistema Solar, a casi un año luz del Sol. Esto sugiere, argumentan los investigadores, que la estructura que han identificado como proteína es de origen extraterrestre.
Los químicos consideramos que las proteínas son estructuras complejas, lo que significa que muchas cosas tendrían que suceder por “casualidad” para su formación. Para que la hemolitina se haya desarrollado naturalmente en la configuración encontrada, se requeriría que la glicina se formara primero, tal vez en la superficie de los granos de polvo espacial. Después de eso, el calor podría haber inducido a las moléculas de glicina a unirse en cadenas de polímeros, que en algún momento, podrían evolucionar en proteínas. Estudios recientes en la Estación Espacial Internacional han indicado que debería ser más fácil producir la proteína en el espacio debido a la gravedad reducida. Los científicos astronautas han obtenido moléculas de proteínas bastante grandes, lo suficientemente estables como para traerlas a la Tierra.
Los meteoritos que contienen hemolitina podrían desempeñar un papel en la siembra de vida en planetas habitables como la Tierra, mediante la entrega de proteínas a sus superficies. Las puntas de óxido de hierro en los extremos de las moléculas de hemolitina usarían luz para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno. Representando una primera fuente de energía para la química y la bioquímica de la vida. Si se confirma el hallazgo significaría, para empezar, que las proteínas no necesitan agua para formarse como creíamos hasta ahora. Además, implicaría que el espacio tiene muchas más piezas para la vida de las que creíamos. De todos modos, hay que ser prudentes, hasta que se verifique el origen de la proteína.
De cualquier manera, sería gratificante pensar que tenemos orígenes exóticos. Si no descendemos de los dioses, al menos podríamos descender de antepasados de una galaxia muy, muy lejana, venidos en un meteorito.
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