Un pueblo cansado del engaño constante y de cargar en sus hombros el peso de malas gestiones y el despilfarro del erario público, el hambre y la explotación. Creyó el pueblo en una propuesta distinta y nuevamente fue engañado.
La discusión debe darse porque supone un tema tabú del que pocos hablan, o por lo menos es así para quienes están a favor de la despenalización. Caso contrario con los que están en contra, que lanzan grandes testamentos cargados de juicios, agresiones y condenas, resguardados en la fe y la religión.