Interacción Academia-PDVSA

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En el marco de las acciones de vinculación que se han venido realizando entre Universidades e Institutos relacionados con el sector de hidrocarburos y PDVSA, se llevó a cabo en los espacios del IVIC, el Encuentro PDVSA con nuestra Ciencia. Este evento buscó un proceso de integración en acciones factibles de ejecución y la presentación de propuestas específicas. La reunión tuvo como objetivo principal el identificar capacidades de la academia venezolana de interés para PDVSA y que esperamos con posterioridad se consoliden mediante trabajos de investigación, formación de recursos humanos y servicios.

La respuesta de nuestra comunidad científica fue amplia y además de las capacidades para atender las necesidades planteadas, se presentaron otros temas de interés para PDVSA, en busca de fortalecer la industria petrolera a través del conocimiento y experiencias nacionales. Los fines que persiguen la academia y el sector petrolero nacional no debemos considerarlos opuestos ni contradictorios, sino simplemente complementarios.

En este momento histórico es fundamental que todas las capacidades nacionales, tanto de centros de investigación como de las universidades, se pongan a disposición de la principal industria del país. En el contexto mundial de la sociedad del conocimiento, y específicamente de la economía del conocimiento, la vinculación de las instituciones de educación superior con las petroleras se ha intensificado. Por un lado, las empresas necesitan los conocimientos generados en las universidades y éstas requieren de nuevas fuentes de financiamiento para cubrir sus necesidades de infraestructura en investigación, la cual es cada vez más sofisticada y costosa.

De las críticas que se le hacen a la educación impartida por las Universidades, quizás la más importante sea la relativa falta de pertinencia social y la exigua productividad. La problemática que se genera en consecuencia tiende a agravarse si a ello le sumamos las debilidades y limitaciones que tiene el país para superar sus niveles de crecimiento y desarrollo.

Evidentemente, ambas situaciones deben ser atendidas lo más pronto posible. La idea es articular el trabajo realizado en los Institutos y Universidades con el del sector petrolero, en un esfuerzo para que entre estos dos agentes orienten sus productos y servicios hacia el desarrollo del país y se conviertan en organizaciones más productivas y competitivas, tal como lo demanda la nueva realidad social.

La concreción de la relación Academia-PDVSA necesita de organicidad, gerencia especializada, recursos y espacio, entre otros requerimientos. Para lograrlo es necesario introducir ciertos cambios tanto en la visión académica como en PDVSA acerca de relación con la otra parte.

Pese a ciertos avances, actualmente nos resulta difícil reconocer el lado comercial y el valor al trabajo de investigación que se realiza, en parte debido a que las instituciones son reacias al cambio, lo cual dificulta percibir las oportunidades económicas y su aprovechamiento. El interés del investigador venezolano llega hasta obtener los resultados de la investigación, de ahí en adelante se carece de la articulación que permita el escalamiento del proceso.

Mientras, en la industria petrolera nacional hay escasa conciencia con respecto a la importancia económica de la innovación “endógena”. Hay una gran incomunicación y desconocimiento acerca de las capacidades disponibles en los laboratorios nacionales. El sector no sabe qué se hace y además hay desconfianza acerca de si los científicos y tecnólogos podrán llevar a cabo la tarea, si la harán bien y a tiempo, si sabrán mantener la confidencialidad, así como, una gran dificultad para establecer cuáles son sus requerimientos en materia tecnológica, para decir qué quieren y cómo lo quieren, en parte debido a la costumbre del proveedor extranjero de tomar las decisiones asociadas sobre la tecnología requerida.

Es evidente la necesidad de realizar un giro rápido, pero bien planificado. Ese cambio, significa modificar concepciones tanto de PDVSA como de los académicos y hasta del gobierno. Se requiere de un esfuerzo cooperativo emprendido por todas las partes involucradas; adecuar las visiones académica y empresarial a los tiempos que vivimos y a la nueva sociedad. Una vez que todas ellas estén convencidas de esta concepción, la entiendan, la compartan y estén dispuestas a modificar su comportamiento, de acuerdo a lo que nuestro actual momento histórico nos impone, se podrá observar una conducta diferente entre ambos sectores y unos resultados positivos para el país.

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