¿Seguimos evolucionando?

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Imaginar cómo podría verse nuestra especie en un futuro lejano, a menudo invita a la especulación sobre características destacadas como la altura, el tamaño del cerebro y la constitución de la piel. En su libro, El origen de las especies, Charles Darwin bosquejaba su revolucionaria teoría de la evolución, una ley del más apto que probablemente ya no funcione con nuestra extendida humanidad.

En la actualidad, el rumbo que tomará el ser humano está más allá de la fortaleza o la habilidad natural para sobrevivir. La tecnología y el desarrollo de la medicina, el cambio climático y la destrucción de los ecosistemas de la Tierra, las migraciones que hemos protagonizado como especie y tal vez el más extraordinario viaje que nos espera, la conquista del universo, pueden influir en nuestra futura apariencia.

Todo en la naturaleza siempre está en algún estado de evolución, pero es muy difícil de ver en tiempo real debido a las escalas de tiempo, fuera de algunos ejemplos aislados como las aves (pinzones) de las Islas Galápagos o los estudios con las moscas de la fruta. El aspecto que tendremos es una de esas grandes preguntas que los científicos no pueden responder de solo una manera.

Los humanos aún no hemos desarrollado mutaciones genéticas para la telepatía o los superpoderes como en los comics, pero un nuevo estudio muestra que nuestra especie todavía está evolucionando de maneras únicas. Una nueva investigación, publicada en el Journal of Anatomy, ha mostrado un aumento significativo en la prevalencia, que es la proporción de individuos que presentan una característica, de la arteria mediana en humanos desde finales del siglo XIX. Estos cambios sutiles en nuestra anatomía demuestran cuán impredecible puede ser la evolución.

En el artículo, los científicos han identificado una característica que dicen que está evolucionando rápidamente en nuestro antebrazo humano: algunas personas tienen algo llamado arteria media y otras no… todavía. El grupo de investigación estudió la prevalencia de arterias en cada generación mediante el análisis de registros publicados y la disección de cadáveres de individuos nacidos en el siglo XX. Los científicos explican en el documento que estudiaron restos humanos para detectar la presencia de la arteria mediana. Se encontraron con un total de 26 arterias medianas en 78 extremidades superiores obtenidas de personas entre 51 y 101 años, que murieron en el período 2015 – 2016, una tasa de prevalencia del 33,3%. Sus cálculos predicen que las personas que nazcan en los próximos 80 años llevarán una arteria mediana, si la tendencia continúa.

La arteria mediana es el vaso principal que suministra sangre al antebrazo y la mano. Se forma en fetos bastante jóvenes en el útero y, eventualmente desaparece en la mayoría de las personas, como ocurre con la tolerancia a la lactosa a lo largo de la vida. Las arterias radial y cubital generalmente reemplazan la arteria mediana durante las etapas de desarrollo en el útero, por cuanto la mayoría de los adultos no tienen una arteria mediana, algunas personas retienen la arteria mediana por el resto de su vida, por lo que pueden tener las tres arterias, sin presentar ningún riesgo real para la salud.

El Dr. Teghan Lucas dice que este estudio sobre la prevalencia de la arteria durante generaciones, muestra que los humanos modernos están evolucionando a un ritmo más rápido que en cualquier momento de los últimos 250 años. Desde el siglo XVIII, los anatomistas han estado estudiando la prevalencia de esta arteria en adultos y la investigación muestra que está aumentando claramente. La prevalencia fue de alrededor del 10% en las personas nacidas a mediados de la década de 1880 en comparación con el 30% en las nacidas a fines del siglo XX, por lo que es un aumento significativo en un período de tiempo relativamente corto en lo que respecta a la evolución.

Los autores han propuesto que este aumento podría ser el resultado de mutaciones en genes involucrados en el desarrollo de la arteria mediana o problemas de salud en las madres durante el embarazo, o ambos en realidad. Si esta tendencia continúa, la mayoría de las personas tendrán una arteria mediana del antebrazo para el 2100.

El autor principal del artículo, el profesor Maciej Henneberg, dijo que la arteria mediana ofrece beneficios porque aumenta el suministro de sangre y se puede utilizar como reemplazo en procedimientos quirúrgicos en otras partes del cuerpo humano. Esto es microevolución en los humanos modernos y la arteria mediana es un ejemplo perfecto de cómo todavía estamos evolucionando, porque las personas nacidas recientemente tienen una mayor prevalencia de esta arteria en comparación con los humanos de generaciones anteriores.

Por mucho que nos gustaría creer que somos el final de todo el proceso natural de evolución, los humanos estamos lejos de ser perfectos. Obviamente, somos muy diferentes de nuestros antepasados primates, pero nuestra marcha evolutiva todavía está sucediendo. Si bien los humanos podríamos estar lejos de desarrollar poderes como doblar cucharas con nuestras mentes, al menos sabemos que la evolución nos está convirtiendo en las mejores versiones de nosotros mismos.

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