Trump, se inscribió dentro de la corriente dominante de rescatar la preeminencia en la producción para pugnar por la hegemonía planetaria. No se apoyó en la actual estructura económica, cada vez más maleable, sino en la tendencia natural de los estados nacionales imperialistas. La globalización nunca les restó esta condición. Por el contrario, mientras articulaban capitales, buscaban afianzar su jerarquía. Con base en la industria bélica pretendieron afianzarse. Pero no les resultó.
Este cinco de enero de 2020, la atención de muchos, seguro estuvo centrada en la instalación de los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional. Las expectativas por saber las reacciones de los desalojados y las acciones de los nuevos diputados. Sin embargo, detrás de este cacareado espectáculo hubo otro que ocurría de manera paralela y discreta, como se hace con aquellas acciones que llenan de vergüenza y oprobio a sus ejecutores.
El advenimiento de las llamadas Redes Sociales lleva este dominio a una escala jamás vista e implica, como han afirmado muchos, un cambio de época que no ha tenido un desenlace, un punto de inflexión. Ya no se trata del dominio sobre la opinión pública y la influencia general de la sociedad, sino el dominio directo sobre el pensamiento de cada individuo en la sociedad.
La dictadura seguirá gobernando con la Fuerza Armada, el Psuv, y la estructura paraestatal para la distribución de las bolsas Clap y otras limosnas, sostenidas con base en los dineros públicos.
El camino descrito por la disposición de la dictadura de seguir en el poder a toda costa, con el fracaso de la farsa electoral y la eventual muestra de la gente en la consulta, allana el camino de la rebelión como alternativa.
Recientemente fue promulgada en Venezuela una ley que generó el temor en todas aquellas voluntades que se resisten a la pérdida de la democracia en el país, Esta iniciativa legal conocida coloquialmente como ley antibloqueo, se presenta como un paso importante para el gobierno “revolucionario” en su tránsito hacia un régimen totalitario de nuevo cuño, considerando los enfoques teóricos que nos permiten calificarlo como tal.
Bolivia es área en disputa. Se abre un nuevo período que crea la incógnita de si Arce seguirá los pasos de Evo Morales de afianzar la perspectiva de la dependencia de China o si hará como su colega Lenín Moreno en Ecuador de traicionar a su mentor. Idea que se apoya en la afirmación contundente y reiterada de que Morales nada tendrá que ver con su gobierno.
Convertir a Venezuela en semicolonia china no le quita la condición de área en disputa. El coloniaje y la dependencia no se han consolidado tanto como para asumirla de manera plena. Además, el régimen luce tambaleante.
Un pueblo cansado del engaño constante y de cargar en sus hombros el peso de malas gestiones y el despilfarro del erario público, el hambre y la explotación. Creyó el pueblo en una propuesta distinta y nuevamente fue engañado.
En maniobras como la montada, los rusos tienen una gran experiencia. En Siria se realizaron, bajo sus auspicios, en 2014, unas elecciones en las cuales arrolló Bashar Al Assad con cerca de un 80% de los votos, en medio de la guerra civil.
Sabemos que el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, tiene más probabilidades de propagarse en espacios cerrados que en exteriores. También sabemos que el contacto prolongado con alguien infectado con el virus aumenta el riesgo de transmisión, en comparación con un encuentro pasajero.