Chávez: dicho y hecho

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Chávez: dicho y hecho

Lo individual se reduce a lo social. Si no partimos de esta consideración plasmada en la siguiente reseña de Lenin acerca del papel del individuo en la historia, se corre el riego de que venza la estrategia de presentar a Chávez como una figura que logró que lo social fuese el resultado de su acción individual; de convertirlo en un mito, en un fetiche con potencias capaces de hacer que la historia se reduzca a su fuerza personal. Con el mito de Bolívar tenemos bastante.

“Todo intento de explicar este o aquel momento importante de la evolución histórica nos demuestra que, en realidad, la sociología siempre trata de reducir los elementos de la individualidad a fuentes sociales. Cuando se trata de una personalidad histórica, de un ‘gran hombre’, siempre aparece la tendencia a presentarlo como el ‘portador’ del espíritu de una época determinada, como el representante de su tiempo, y a presentar sus acciones, sus éxitos y reveses como resultado necesario de todo el curso de las cosas”. () “Una vez descartado el individuo, había que encontrar otro elemento. Ese elemento ha resultado ser el grupo social”. (…) la teoría de la lucha de clases corona, por así decirlo, la tendencia general de la sociología a reducir “los elementos de individualidad a fuerzas sociales”. La teoría de la lucha de clases es una gran realización de las ciencias sociales precisamente porque establece los procedimientos para reducir lo individual a lo Social con toda precisión y exactitud. (Vladimir I. Lenin, obras completas).

Nacer en Barinas, resumir elementos fundamentales de la idiosincrasia del venezolano, pero, sobre todo, lograr captar el espíritu de esta época y de un sector de la sociedad, es lo que hace que la personalidad de Chávez se convierta en un nombre que ha marcado nuestra época. De una época y de dos sectores de la sociedad: los más pobres y los más ricos. Así, en una época crítica de nuestra historia, un sector de la sociedad: la oligarquía venezolana, que buscaba una alternativa frente a la posibilidad de que la situación revolucionaria derivara en una verdadera revolución o en un caos difícil de superar que no sea de manera traumática, encuentra en esta personalidad una opción. Buscaba la oligarquía preservar sus intereses y sobre todo las relaciones sociales imperantes. Luego, mediante el voto de confianza a esa personalidad descollante que ya había engrosado la lista de personalidades alternativas frente al desgastado bipartidismo, ambos alcanzan su objetivo.

Previo, el azar, el curso de los acontecimientos históricos había colocado a Chávez en condición de dirigente el 4 de febrero de 1992, a partir de lo cual comienza a labrarse el camino hacia el ascenso hasta la Primera Magistratura, y más allá.

Una personalidad carismática que además resume la idiosincrasia más nítida del venezolano promedio, potenciada por una gran capacidad seductora de las masas empobrecidas de la sociedad como reseñara en una oportunidad el psiquiatra Fernando Bianco, logró atemperar las contradicciones sociales y condujo a Venezuela al atemperamiento de la situación revolucionaria, mientras dividía a los venezolanos con base en el tipo de sentimientos que despertaba en cada quien. La familia venezolana, aun cuando no se producía cambio alguno en la estructura económica venezolana, fue sacudida y dividida entre chavistas y no chavistas.

El carisma -esa simpatía capaz de hacerse del agrado de todos quienes se sentían por él representados hasta hacerles creer que había logrado «darle voz al pueblo»-, se convierte en un instrumento fundamental para erigir una forma de dominación, en el fondo gatopardiana. El segundo componente, el principal, los recursos extraordinarios que por concepto de la venta del crudo le permitieron obtener la base objetiva de la farsa. Las políticas sociales, en nada encaminadas a cambiar las relaciones sociales, se convirtieron en el acicate. Al llegar mendrugos recursos a buena parte de la familia venezolana y paliar algunos de los males endémicos del pueblo venezolano, se completa la obra. Ya veremos qué sucede cuando mermen los recursos producto de la caída del precio del petróleo. Recordemos que mientras se adelantaban estas políticas sociales, buena parte del aparato productivo sucumbió frente al producto importado de Estados Unidos, China, de los países del Sur, o cualquier país productor de bienes que vinieron a cubrir una demanda que ya no era satisfecha por el producto nativo.

El complemento que facilitó la instauración de esta novedosa forma de dominación fue, el anticomunismo que propagaron los factores que hegemonizaron la oposición. En términos generales, la oposición no logró caracterizar sino hasta ahora, que se ha tratado de un régimen despótico cuyo sustento primigenio fue la personalidad carismática.

El Legado. Haciendo total abstracción del verbo, de la fraseología revolucionaria, de los gritos contra la oligarquía y el imperio, veamos el legado de Chávez, y el chavismo, luego de 14 años en el poder. Comencemos por lo que muchos reconocen, pero esta vez desde su esencia. Ciertamente ha habido una reducción de la pobreza extrema. Como descubrieran Smith y Ricardo, en el capitalismo, en determinadas circunstancias el salario puede corresponderse con las condiciones mínimas de reproducción. Por extensión, las condiciones de reproducción de la familia pueden colocarse al nivel de las condiciones mínimas de subsistencia. Incluso puede estar por encima de ellas, pero estas condiciones varían en el tiempo y el espacio. A su vez, la masificación de la educación ha alcanzado niveles elevados, pero acompañada de una indetenible baja en la calidad, y una deserción escolar imparable. Barrio Adentro, los módulos, los Centros de Diagnóstico Integral, la medicina cubana, vinieron a paliar una situación que con todo y sus logros no logró esconder la crisis hospitalaria. Al mismo tiempo, ha hecho feliz al otro extremo de la sociedad; la banca privada en Venezuela ha alcanzado niveles jamás vistos en sus ingresos netos, el sector importador, multiplicado como nunca, ha amasado enormes fortunas apoyado fundamentalmente en el control cambiario y la llamada boliburguesía se ha convertido en el sector comercial más estafador y parasitario que nuestro país haya conocido. Las condiciones políticas y sociales, además, han hecho que el derecho a la vida sea el resultado del azar, esperando no nos ponga en el camino la acción desmedida de la criminalidad, que tiene entre sus resultados que alguna bala pérdida pueda dar en el corazón de algún niño que se le atraviese en el camino. La Misión Vivienda, por su parte, ha logrado tener un impacto de significación y está a la vista su alcance.

Sin embargo, el régimen chavista ha logrado convertir problemas heredados y agudizados bajo su mandato, en renovadas esperanzas. La muestra más clara resulta la vivienda. Un problema agudizado al extremo por el propio régimen, lo convirtió en el principal elemento para ganar las elecciones el 7-O de 2012. Al mismo tiempo, pero en otro sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que resulta un emblema para el régimen e incluso de buena parte de la oposición, se convierte en la principal muestra de a qué grupo social sirve el chavismo. Buena parte de la Constitución resume un conjunto de derechos que son negados por la acción brutal de las leyes del capital, como el derecho al trabajo, a la salud, entre otros. Al lado de la retahíla de reconocimientos, de derechos pues, está la contundencia que los borra todos cuando en el artículo 301 que iguala los capitales venezolanos a los extranjeros, más competitivos, y los artículos 311, 312, 313, 314 y 315, que resumen un compendio liberal como política económica en lo que el gobierno ha sido inquebrantablemente  consecuente.

Sumemos a la ley que elimina la doble tributación, la pérdida anual de alrededor de 17 mil millones de dólares, según cálculo de Luis Britto García. Además, la Ley de protección y promoción de inversiones extranjeras que favorece abiertamente al capital extranjero y coloca a la República bajo el arbitraje internacional a la hora dirimirse alguna controversia.

La guinda la encontramos en el convenio firmado en febrero de 2012 por Chávez y El imperialismo chino, en el que le entrega a la empresa asiática Citic Group la elaboración del mapa geológico de Venezuela, esto es: los chinos conocerán primero que los venezolanos las riquezas de nuestro suelo. La nación imperialista con la cual Venezuela tiene más compromisos, entre ellos una deuda que se calcula en más de 40 mil millones de dólares, se hará cargo de estudiar las riquezas de nuestro suelo. ¿Puede haber acción más antinacional que esa? Probablemente sí, pero esta es de las más deleznables.

Ahora, coloquemos la retórica, el carisma y la capacidad de seducción frente a estos hechos. Por cierto reseñados recientemente por uno de los principales intelectuales del régimen, el profesor Luis Britto García en su habitual columna semanal de los domingos. Coloquemos las cosas antes dichas, innegables todas, frente a la palabrería levantada en este largo período, resumen una contradicción que nos hace pensar que se trató siempre de una gran mentira.

Con el uso de la razón, la actuación madura -si no nos dejamos llevar por esa irracionalidad que produce el estímulo del resentimiento, aunque razones haya para que exista, o por que la capacidad seductora del líder haya nublado la razón de alguna gente-, veremos las cosas de manera más objetiva. Al menos tendremos que decir que no hay correspondencia entre lo que se dijo y lo que se hizo. De nuestra parte, decimos con contundencia: fue y sigue siendo una farsa.

Deberá pasar mucho tiempo, o tendrán que suceder episodios históricos de significación para que podamos plasmar ante la historia la verdad. Por lo pronto, se afianza la imagen mitológica que ante la carencia de hechos heroicos se ven obligados los medios oficialistas a resaltar episodios nada bien narrados como el del 4 de febrero, o los eventos de abril de 2002.

Muy a pesar del esfuerzo por fetichizar, Venezuela marcha hacia una gran confrontación, momentos en los cuales las cosas pudiesen ponerse prontamente en su lugar. Mientras, el anunciado evento electoral parece ser elemento suficiente para que la mitificación del líder juegue el papel principal, sustituyendo el que le corresponde al candidato chavista.

Carlos Hermoso

Caracas 15 de marzo de 2013 

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