Socialismo de palabra

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Este es un gobierno mentiroso. Se ha construido esto que llamamos régimen chavista sobre la base de una gran mentira, señala el  profesor universitario.
 
Sumario: El gobierno ha favorecido al sector importador, al sector especulador y a los grandes bancos. Cuando se acabe el margen de maniobra, lo que viene es la bancarrota
Hugo Prieto/Diario 2001
Foto: Mairet Chourio
Antes de invocar la teoría económica, Carlos Hermoso, profesor de la Universidad Central de Venezuela, prefiere hablar de la “evidencia empírica” para caracterizar la política económica del gobierno. El rentismo llevado a su máxima expresión, es la “tesis que asumió Alí Rodríguez, convertida en la biblia del gobierno”. La inflación es mucho más elevada de lo que reconocen las autoridades, “lo saben las personas que compran un cartón de huevos en el mercado, cuyo precio era de Bs. 40 a principios de año y ahora se consigue a Bs. 120. Eso es más que 100%, ¿no?”.
-¿La gente se preocupa menos por la política y más por lo que está pasando con el bolsillo? ¿Usted cree que esa impresión se corresponde con la realidad?
-Sí, porque la gente está sufriendo las consecuencias de una política económica, que para algunos es inexistente, pero yo soy de quienes creen que sí hay una política  económica que, obviamente, tiene sus objetivos y consecuencias. Las más visibles son la escasez, la inflación y el comportamiento del dólar. Era lógico que llegáramos a esto. Y es más, no hemos llegado al llegadero, porque el gobierno todavía tiene un margen de maniobra. Ha logrado introducir algunos paliativos, ha reorientado algunas cosas. Pero la situación económica de Venezuela y del venezolano es, digamos, explosiva, en cuanto a las consecuencias que va a traer.

-Ir al mercado se ha convertido en una película de terror. Un kilo de parchita puede costar Bs. 60. No es una manzana, sino de una simple y silvestre fruta tropical. ¿Cómo hemos llegado a esos niveles de precios?
-En Venezuela se crearon todas las condiciones para que prosperara una economía especulativa, que tiende a ser tremendamente cara. Y mientras más cara, más especulativa se hace. Es un círculo vicioso que se construyó. El primer elemento de la base objetiva: dejamos de producir, para importar. Eso no es propiamente solo parte del gobierno de Chávez. Comenzó en 1989, Caracazo mediante. Cada vez importamos más, a niveles escandalosos y, por supuesto, eso produce una destrucción del aparato productivo. Pero esos productos, los alimentos, entre otros, se hacen más caros porque se han convertido en comodities, es decir, en refugio para los inversionistas. A lo que hay que agregar el encarecimiento del dólar debido a la crisis presupuestaria de Estados Unidos.

 

-Ese es el comportamiento típico de alguien que vive de las rentas. ¿Por qué no le sacamos el jugo al capitalismo rentista?
-Porque llega un momento en que los reales de la renta se te acaban, entre otras cosas, por los compromisos de deuda. Alrededor del 24% del presupuesto se va en el pago de la deuda. Estamos viendo el resultado del papel que le asignó la oligarquía financiera internacional a Venezuela en la división internacional del trabajo. Usted produce, se especializa y vende petróleo. Como esa actividad genera una súper ganancia, usted la utiliza para comprar lo que producen los países industrializados y eso ha sido un freno enorme para el desarrollo de nuestras fuerzas productivas. Esa tesis alcanza su máxima expresión con el gobierno de Chávez. Incluso, Bernard Mommer, escribió un libro que sintetiza buena parte de esa teoría, que la asume Alí Rodríguez y es la biblia del gobierno nacional. Somos un país rentista y podemos vivir de la renta.

 

-¿Esa es, en síntesis, la política económica de este gobierno?
-Claro. Evidencia empírica. Alejémonos de la teoría y analicemos lo que es la realidad venezolana. En lugar de capitalizar la renta e invertirla en un proceso productivo, el gobierno la gasta. Si se acaba el dinero de la renta, caes en bancarrota. Evidencia empírica. No creo que haya manera de decir lo contrario cuando analizamos la situación en la que ha caído la economía venezolana. Pero los chavistas sostienen que los venezolanos consumimos más. En Venezuela el crecimiento vegetativo de la población es del 2,5%. ¿El gobierno no advirtió que para sostener ese crecimiento, la actividad económica, a su vez, tiene que crecer al 5% interanual? No sólo es crecer, sino desarrollarte. Como no desarrollaste la economía, dependes más de las importaciones.

 

-Pero hay un discurso que habla de la Venezuela potencia, de soberanía alimentaria y del desarrollo de polos estratégicos. ¿Cómo se compagina ese discurso con la realidad?
-Bueno, este es un gobierno mentiroso. Se ha construido esto que llamamos régimen chavista sobre la base de una gran mentira. Para afianzar el autoritarismo, por ejemplo, utilizaron lo que en el movimiento comunista se denomina revisionismo. O sea, socialismo de palabra, que en la práctica es capitalismo. Y el peor capitalismo. ¿Por qué? Una de las bases del capitalismo es crear condiciones para la concentración del capital. O sea que obreros y empresarios se encuentren para producir un desarrollo económico desigual, con explotación y pobreza. En Estados Unidos, por ejemplo, ha crecido la pobreza. Lo necesita para aumentar su productividad. Los males del capitalismo no te los vas a quitar de encima. Pero este es el peor capitalismo, porque frenaste el encuentro entre obreros y trabajadores, al punto de que la clase obrera venezolana viene siendo destruida.

 

-La participación de los trabajadores en la creación de riqueza viene en caída permanente, ¿Cómo es eso en el gobierno obrerista de Nicolás Maduro?
-No, en lo absoluto. Ni es un gobierno obrerista, ni es un gobierno que beneficie a la clase obrera. Por el contrario, beneficia a otros sectores. El primero es el sector importador. Y en el último año, al sector especulador. En el área financiera, ni se diga. ¿A cómo está el dólar innombrable, que es la cosa más ridícula que pueda haber? A un nivel escandaloso, en medio de unas cuentas nacionales que nadie conoce a ciencia cierta. La banca ha salido tremendamente beneficiada. Al punto de que la cartera de los principales bancos está compuesta por papeles de la deuda, que es un negocio redondo de toda la vida.

 

-Afirma que no hemos llegado al llegadero. ¿Cuándo vamos a llegar y con qué nos vamos a encontrar en el llegadero?
-En primer lugar, cuando se agote la poca capacidad de maniobra del gobierno, cuando no haya ninguna capacidad de equilibrio fiscal que no sea una reproducción masiva de dinero inorgánico y del endeudamiento del país, además de la aplicación de medidas impopulares exigidas por los acreedores. Ese va a ser el llegadero. Lo que viene es una hiperinflación. Los que van a comprar leche en el mercado saben que la inflación no es la que señala el gobierno. En rubros alimenticios es de 100% ó 120%. ¿Cuánto cuesta un cartón de huevos? 120 bolívares y a principios de año se conseguía a 40 bolívares. Evidentemente, eso es más del 100%, ¿no?

 

Ráfagas textuales
Consecuencias. “Cuando lleguemos al llegadero vamos a ver las consecuencias sociales. Recordemos el 27–F, el Caracazo. En la sociedad venezolana se está incubando el brote de un movimiento espontáneo de masas contra la inflación, contra la escasez, por un aumento de sueldos y salarios, por empleo, que está en la calle”. La conflictividad social llegó para quedarse.
La relación estratégica con China. ¿Los chinos serán más benévolos que el FMI al momento de cobrar sus préstamos? “No, no, no. En lo absoluto. Los chinos son tan exigentes como cualquier institución crediticia y se mueve con base en los mismos parámetros: el riesgo país y a partir de allí te aplican una tasa de interés que les garantice el retorno de sus capitales, ellos no van a permitir que se produzca un efecto dominó, en caso de que Venezuela se declare en moratoria. Esas no son relaciones entre países hermanos, sino entre un usurero y alguien que demanda un crédito. Aquel personaje judío de El Mercader de Venecia actualmente son los chinos”.
Navidades melancólicas. “El gobierno va hacer todos los esfuerzos para que estas navidades sean relativamente satisfactorias, va a haber un aguinaldo más o menos ostentoso, los precios se van a seguir disparando, la inflación, seguramente, alcanzará el máximo del ciclo fiscal, pero entraremos en un año de mucha conflictividad social y de descomposición del régimen político. Ubiquemos que este es un régimen político que derivó en una especie de asociación de varias mafias. Está el sector que especula con el dólar y no quiere devaluación, porque de esa manera hace pingües negocios; está el sector de los importadores, a su vez, asociado al anterior y el sector de la industria petrolera que también tiene conexiones con los otros dos. Son mafias que van adquiriendo una relativa autonomía y no hay forma de ponerlas de acuerdo porque representan intereses concretos, económicos en primer lugar y subsidiariamente intereses políticos que se desarrollan en medio de una gran rivalidad. Dicho de una manera más clara: ¿acepta Diosdado Cabello a Maduro como jefe? No, no lo acepta”.

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