Todos los factores políticos y sociales interesados en salir de Maduro debemos integrarnos en un gran frente cuyo sustento no puede ser otro que un programa político que resuma y concilie intereses históricamente contrarios.
China parece convertirse en el hegemón mundial y se presenta ante el mundo como un país socialista, guiado por un partido comunista. Pero son hoy los más interesados en preservar el liberalismo moderno. Parece una contradicción. Pero no, es la naturaleza del revisionismo.
La apologética económica guarda distancias pero en el terreno de los tiempos y magnitudes pero no en la esencia de las medidas. También harían cosas similares y más drásticas aún.
Los recientes ejercicios militares de Rusia y China son apenas una señal del poder bélico de este bloque, de sus preparativos para grandes confrontaciones por el reparto del mundo.
El rescate griego parece darle la razón al exministro Varoufakis. Ha sido un fracaso. Si vemos en términos del desarrollo, Grecia está detrás de las escalas alcanzadas en la producción de distintos rubros.
Ya el espejismo que vieron algunos chavistas comienza a disiparse. Ya salen de la borrachera. Las palabras de Padrino, hechas realidad, y los precios de mercado, anuncian que la pesadilla sigue, pero peor.
Es una salida capitalista en toda regla que afianza el carácter dependiente y semicolonial de Venezuela. Inicialmente dolariza, aunque deja abierta la posibilidad de cambiar al yuan, y a otras monedas.
Esta dictadura, tras el disfraz socialista, para mantenerse en el poder incurre en las más aberrantes y antinacionales políticas. A la entrega a chinos y rusos se suma la displicencia en relación con el Esequibo.
El freno al desarrollo de las fuerzas productivas ha sido de tal magnitud que, expresado en la destrucción de capitales, supone la mitad del pib. De los 400 mil millones de dólares de 2013, se ha esfumado alrededor de 50% para finales de 2018.
El Gobierno busca salir al paso de una circunstancia que parece no haber previsto, confiando en que la estrategia minera les daría suficientes recursos como para mantener la política importadora