El chavismo se disfraza de socialista desde un comienzo, pero sobre todo a partir de 2002. Se asumieron como proyecto del socialismo del siglo XXI, aunque fueron fieles a las demandas de la oligarquía financiera.
Todos los factores políticos y sociales interesados en salir de Maduro debemos integrarnos en un gran frente cuyo sustento no puede ser otro que un programa político que resuma y concilie intereses históricamente contrarios.
China parece convertirse en el hegemón mundial y se presenta ante el mundo como un país socialista, guiado por un partido comunista. Pero son hoy los más interesados en preservar el liberalismo moderno. Parece una contradicción. Pero no, es la naturaleza del revisionismo.
La apologética económica guarda distancias pero en el terreno de los tiempos y magnitudes pero no en la esencia de las medidas. También harían cosas similares y más drásticas aún.
En economía se perciben los fenómenos, y la manera como se desarrollan las relaciones de producción y de cambio, una veces desde el estómago. Otros, los más sesudos, los perciben con un colorante ideológico que distorsiona aún más la realidad tan retorcida.
Los recientes ejercicios militares de Rusia y China son apenas una señal del poder bélico de este bloque, de sus preparativos para grandes confrontaciones por el reparto del mundo.
El rescate griego parece darle la razón al exministro Varoufakis. Ha sido un fracaso. Si vemos en términos del desarrollo, Grecia está detrás de las escalas alcanzadas en la producción de distintos rubros.
Es una salida capitalista en toda regla que afianza el carácter dependiente y semicolonial de Venezuela. Inicialmente dolariza, aunque deja abierta la posibilidad de cambiar al yuan, y a otras monedas.
El Gobierno busca salir al paso de una circunstancia que parece no haber previsto, confiando en que la estrategia minera les daría suficientes recursos como para mantener la política importadora