Te tocó nacer en un rincón del fin del mundo,
En medio de un banquete de serpientes y chacales.
Te tocó crecer en este tiempo,
en este inmenso montón de soledades.
Niño, hijo de niños recién grandes,
que el mundo envejece a los golpes.
Niño, candilcito en la tormenta,
puerta clandestina en la muralla.
Niño del fin del mundo,
te traigo los abrazos que precises,
Mis últimas y pobres barricadas,
todo un mundo por cambiar y el corazón en esta retirada
Agarrate Catalina
El pasado domingo fue el día del niñ@ en Venezuela. La infancia espera su día con ansías e ilusión por la costumbre de recibir obsequios. Mi hijo, que pronto cumple 12, pasó días convenciéndome de que aún es niño. Investigó que hasta ser adolescente puede celebrar, porque luego “sería muy infantil”, dijo. Obtuvo su regalo, pero no todos los niñ@s corrieron con la misma suerte. Algunos ni siquiera llegaron al día del niño.
En muchos países hay cuarentena pero solo aquí hay, además, fallas en los servicios básicos, la navegación por internet, hay inflación, devaluación de la moneda, hospitales insalubres y sin medicinas, poco poder adquisitivo del salario, delincuencia, corrupción, presos políticos, migración forzada y creo que el etcétera es algo largo. La infancia no solo sufre el distanciamiento social. Sufre, al igual que adult@s, la violencia estructural a la que nos somete el Gobierno. Pero con el agregado del ímpetu de la infancia, que choca de frente con las limitaciones. De allí que este 19 de julio no había mucho que celebrar.
Venezuela es un país peligroso. La violencia directa afecta a la infancia. El pasado mes de junio la Redhnna presentó la última entrega de Derechos de Papel, que atendió los peligros, lesiones y muertes de los NNA en Venezuela. «Daño Abrumador», como título, nos indica el espíritu del documento. La revisión directa de cada situación, identificar nombres, conocer detalles, motivaciones de victimarios, consecuencias para las víctimas, es un proceso de alta demanda emocional.
La infancia no solo sufre el distanciamiento social. Sufre, al igual que adult@s, la violencia estructural a la que nos somete el Gobierno. Pero con el agregado del ímpetu de la infancia, que choca de frente con las limitaciones. De allí que este 19 de julio no había mucho que celebrar.
Se analizaron 656 noticias y los resultados son abrumadores. 188 lesionados y la muerte de 96 NNA. Específicamente, 19 fueron por delincuencia; 10 por violencia familiar; 2 por acción u omisión policial; 15 por accidentes de tránsito; 2 por suicidio y 48 por violencia estructural; exactamente la mitad de las muertes son responsabilidad exclusiva del Estado venezolano.
La violencia directa supone la intención de ocasionar daño a otra persona. Suele ser la más común. En relación con las 19 muertes por delincuencia, la mayoría eran adolescentes varones entre 13 y 17 años de edad y sus victimarios eran desconocidos. Morir por una bala en un autobús, en tu barrio por una bala perdida o por un batazo de un desconocido en la sala de tu casa, se hicieron situaciones comunes. En 2019, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), se registraron 425 muertes por asesinato.
Se supone que la familia sea el espacio de protección ideal para el crecimiento y desarrollo de NNA, sin embargo, fue la escena del crimen de 10 NN entre 0-5 años de edad y madres, padres y/o representantes, fueron los victimarios de 61 NNA lesionados por agresiones físicas, verbales, psicológicas y tratos crueles.
La policía, que debe proteger, en Venezuela mata sin preguntar, secuestra para detener a un familiar tuyo, fractura rostros con armas de reglamento porque tu padre parece sospechoso; corres el riesgo de ser herido de bala cuando se enfrentan con bandas criminales, si vas a visitar a algún familiar que está detenido o si quieres manifestar públicamente. Y si el detenido eres tú, puedes morir en el centro de detención en el que deberían garantizar tu vida. Los cuerpos de seguridad del Estado son inseguros y peligrosos. El Observatorio Venezolano de Violencia registró 69 NNA que murieron en manos de las fuerzas de seguridad en 2019, en nuestro registro encontramos 2 adolescentes muertos y 10 NNA lesionados.
En una situación de Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) toda la institucionalidad del Estado debiera estar en los patines de la protección. Organismos internacionales han creado unas Normas Mínimas de Protección a la Infancia en Situaciones Humanitarias (Nmpish), que busca orientar la atención humanitaria a las necesidades urgentes de los NNA en los derechos que suponen, en caso de vulneración, daños graves físicos y emocionales y que comprometen su desarrollo.
El análisis de la Redhnna se hizo utilizando de marco estas normas que en el apartado de Peligros, Lesiones y Muertes establece que los niños y niñas después del año de edad, corren riesgos de morir o resultar lesionados por accidentes “involuntarios” y que al ser así los Estados deben establecer los mecanismos para protegerles. Pero que, además, como las lesiones pueden ocasionar discapacidad, los Estados y la ayuda humanitaria deben establecer mecanismos para que la atención sea oportuna.
Quince (15) NNA murieron de forma violenta en accidentes de tránsito. Cuatro de ellos murieron calcinados por viajar junto a un bidón de gasolina. Es decir, el accidente fue de tránsito pero la muerte fue por quemaduras y la razón para llevar un bidón, es responsabilidad del Estado que no garantiza acceso a gasolina a cualquier hora en las carreteras de un país petrolero. Dejó de ser un accidente involuntario, como pasa si analizamos las razones de los accidentes con objetividad. 45 NNA resultaron lesionados por volcamientos, arrollamientos, choques, explosiones de vehículos. Los accidentes en muchos casos generan discapacidad como pasó con una adolescente de trece años a quien le amputaron ambas piernas por un accidente en carnaval.
Se analizaron 656 noticias y los resultados son abrumadores. 188 lesionados y la muerte de 96 NNA. Específicamente, 19 fueron por delincuencia; 10 por violencia familiar; 2 por acción u omisión policial; 15 por accidentes de tránsito; 2 por suicidio y 48 por violencia estructural
Cuatro adolescentes murieron por inmersión en ríos y playas. Si existiera una política pública de recreación estos accidentes disminuirían. Por ejemplo, un adolescente (12) murió ahogado por el desprendimiento de una tubería de la planta de tratamiento de Hidrolago en Zulia. Se encontraba en un área recreacional y murió ahogado. El mantenimiento de esa tubería es responsabilidad de una empresa estatal, por tanto, el Estado es responsable directo.
12 NNA murieron y 15 resultaron heridos por otros accidentes como explosión de bombonas de gas, la caída de un aro de básquet, la caída de un portón en una comunidad, la agresión de un animal de campo, quemados por incendios naturales, electrocutado por volar papagayo o tapiado por un aljibe para sacar agua profunda, mordeduras de serpientes, incendios forestales. En situaciones perfectamente prevenibles con un Estado que solo cumpliendo las leyes y garantizado políticas públicas estructuradas, evitaría muchas de esas muertes y lesiones, como indicó la doctora Gloria Perdomo, especialista en Políticas Públicas en un evento virtual de Cecodap este lunes, 20 de julio.
La atención rápida y oportuna es una necesidad para que los daños sean menores, para eso sería necesario que existan centros de salud médica disponibles y dotados, pero en Venezuela no hay. No hay salas de quemados aptas, ni suero antiofídico en los centros de salud; la ausencia de gasolina retrasa los traslados, pero además la crisis hospitalaria mata y lesiona a los NNA. 32 muertes y 49 lesionados de infantes (0-5 años) producto de la falta de suministros médicos, atención oportuna, bacterias intrahospitalarias, desnutrición, intoxicación, ruleteo para la atención, falta de quimioterapias y de trasplantes de médula.
Los datos son devastadores, la multiplicidad de causas que ocasionan peligros, lesiones y muertes es enorme. La ausencia, ineficiencia y corrupción son las razones de fondo de estas situaciones. Un Gobierno ausente, que no mide ni siquiera sus palabras, que ante una realidad como la descrita aparece el día del niño en la persona del Presidente a decir que la infancia es “Fuente infinita de inspiración y nobleza que nos regalan la fuerza necesaria para construir el futuro de los nuevos valores. ¡Por ustedes, Venceremos!” Es realmente una desfachatez, una burla a todas las madres, padres y familiares de los 284 NNA que mencionamos en el trabajo de la Redhnna, que no son todos los lesionados y fallecidos en Venezuela, ni siquiera hay estadísticas oficiales que lo confirmen. Es una burla también hacia el 79.3% de la población que está en pobreza extrema según Encovi 2020. Y es una burla a los millones de niños que no pudieron terminar sus clases de forma virtual porque no tienen implementos electrónicos, o no tienen internet o no tienen luz. Es una burla para los NNA hospitalizados en el JM de los Ríos y de los que no pueden trasladarse del interior a recibir tratamiento. Es una burla a todos los niños y niñas de Venezuela que de una u otra forma están limitados o condicionados.
Pero no todo está mal. Aunque el Estado está ausente, la sociedad civil y los defensores de los DD. HH. y de los Derechos de los NNA están al pie del cañón, atentos, dispuestos y usando el máximo de sus recursos y posibilidades para brindar oportunidad en esta adversidad tan dura y agobiante.
Los NNA venezolanos son profundamente resilientes. Son valientes que mantienen su cara al sol y su sonrisa de oreja a oreja. Esa sonrisa permanente refleja dos cosas: una la inocencia de la infancia que, aunque vive y siente la magnitud de lo que hoy es Venezuela, sigue siendo feliz. Y también refleja esperanza, que se mantiene por la confianza de saber que el mundo cambia y que hay gente aún para quienes su sonrisa es el motor y objetivo de una lucha agotadora e incesante por construir un presente más justo y humano para que puedan ser el futuro del país. Son unos rebeldes genuinos. Gracias por seguir riendo y por mantener viva la esperanza. En nosotros conseguirán todos los abrazos que precisen.