El Clínico, ¿un Hospital Universitario?

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Recientemente, mi amigo y colega el Dr. Orta me comentaba sobre la situación del Hospital Universitario de Caracas en el marco de una serie de dificultades existentes en la Universidad Central de Venezuela. Conversación que me llevó a pensar en la figura de un hospital universitario, en el contexto de nuestra sociedad. Más aún cuando imaginarlo implica articular dos complejas organizaciones: el hospital y la universidad.

Un hospital universitario es un centro hospitalario afiliado a una universidad para desarrollar programas de asistencia, docencia e investigación médica. Se diferencia de otros hospitales en su relación y compromiso con las funciones de la universidad: docencia, investigación y extensión. La formación generalmente está destinada al pregrado (áreas clínicas) y al postgrado (medicina, física, biología, química, enfermería, farmacia y psicología).

El hospital universitario debe convertirse en una importante institución científico-tecnológica, escenario fundamental para el desarrollo de la acción terapéutica. Debe ser una institución educativa, productora de conocimientos y recreadora de prácticas profesionales, cumpliendo con algunos indicadores esenciales como el número de publicaciones con sus respectivos factores de impacto, comunicaciones a Congresos, organización de cursos, número de médicos residentes con doctorado y en formación, además de las sesiones clínicas.

Tanto el hospital como la universidad han evolucionado y su dinámica actual es de gran complejidad. Es por ello que los esquemas organizativos que han articulado estas dos instituciones, a partir del modelo conservador de educación médica, han llegado a ser inadecuados o, por lo menos, insuficientes. Esta situación exige repensar el sentido que hoy tiene un hospital universitario recuperando las experiencias del pasado pero trascendiéndolas para ir más allá de los viejos modelos y de las conductas adquiridas.

Esto implica que una Facultad de Medicina debe luchar por conservar y ampliar su escenario hospitalario. Por lo antes señalado, debemos hacer una reflexión sobre la noción del hospital universitario como escenario de formación profesional y algunos obstáculos que debemos superar para posicionarlo como propuesta viable en el escenario venezolano.

El Hospital Universitario de Caracas (o el Clínico), desde su fundación en 1956, ha sido pionero en la formación y capacitación de nuevas generaciones en el área de la medicina, tanto de pre y posgrado; así como de otras profesiones afines, cumpliendo con el propósito fundamental de obtener una elevada eficiencia asistencial, docente y de investigación; siendo considerado como una obra invaluable de referencia médico-asistencial y ejemplo nacional. En sus 60 años, y como parte de la Universidad Central de Venezuela, su estructura es patrimonio mundial de la Humanidad desde el año 2000.

Al pensar en el Hospital Universitario de Caracas es necesario plantearse algunas preguntas: ¿cómo va a cumplir con los indicadores académicos?; y, más allá: ¿puede el Clínico considerarse aún como un hospital universitario?

Por supuesto que, para cumplir con estos indicadores que lo caracterizan como hospital universitario, la institución tiene que adecuar su estructura y realizar innovaciones en sus procesos administrativos que le permitan desarrollar de manera eficaz, eficiente y con la mayor calidad todas las actividades que se requieren.

Las adecuaciones y especificidades organizativas que implica una propuesta de recuperar el Clínico seguramente generarán costos y esfuerzos adicionales que es necesario contemplar y defender. Esto implica asumir la formulación de indicadores de gestión y de impacto diferentes al resto de los hospitales. El reto es enorme y enorme será también la lucha política para poder desarrollar y ejecutar una propuesta que, manteniendo las características de hospital universitario, pueda insertarse en la dinámica hospitalaria nacional.

Si bien existen opiniones distintas y hasta contradictorias sobre la valoración de la crisis hospitalaria nacional, buena parte de la red, presenta grandes dificultades financieras lo que conlleva a una debilidad general de los servicios. Esta crisis se manifiesta en una grave iliquidez en el Clínico y, por tanto, sus causas están en directa relación con la crisis económica que afecta a la economía venezolana y los problemas de recursos en el sector salud. Sin embargo, se reconoce que esa situación trasciende al ámbito financiero y toca lo concerniente a los aspectos técnicos, de gestión, administrativos y profesionales.

Ahora bien, esta problemática que asfixia a los hospitales generales se torna aún más sofocante para el Clínico en la medida en que se le exige por un lado mayores productos debido a su condición de centro de docencia e investigación y, por el otro, tener iguales resultados en lo hospitalario. Esto evidencia la falta de una legislación específica para los hospitales universitarios, puesto que deben regularse por las mismas reglas que los demás hospitales.

Otro problema generado por la crisis hospitalaria y que tiene hondas repercusiones es el débil desarrollo científico-tecnológico. La escasez financiera de la institución ha llevado a que sea imposible invertir en desarrollo y adecuación tecnológica y mucho menos en investigación. Más aún, la necesidad de sobrevivir en las condiciones actuales ha replanteado las relaciones entre el Clínico y la UCV, donde la universidad es vista como una fuente de recursos adicionales.

Los obstáculos son enormes y las propuestas brillan por su imprecisión. Sin embargo, es necesario insistir en la necesidad de levantar un hospital universitario como proyecto académico-asistencial y como institución viable dentro de una realidad hospitalaria crítica y por ello mismo llena de oportunidades por explorar.

Foto: cortesía UCV

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