El retorno del dragón

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El pasado viernes por la mañana, mientras los venezolanos estábamos en el peor apagón de nuestra historia, la nave espacial llamada Dragón, se sumergió en el Océano Atlántico a las 8:45 am. Un grupo de boyas, paracaídas naranjas y blancos facilitaron su descenso al agua en la costa de la Florida, contra un cielo de nubes blancas. La cápsula, ligeramente chamuscada por la ardiente zambullida a través de la atmósfera del planeta, se balanceó cuando un par de lanchas rápidas avanzaron hacia ella.

El vuelo perfecto del Crew Dragon: un lanzamiento a tiempo, un acoplamiento impecable, seis días de operaciones en el difícil entorno del espacio y un suave amarizaje, hicieron a Elon Musk suspirar de alivio. El empresario estaba tenso desde que SpaceX lanzó una nave a la Estación Espacial Internacional el fin de semana pasado, ya que necesitaba mostrar que muy pronto podría enviar personas al espacio y traerlas a casa.

No hace mucho que SpaceX estaba en una situación precaria. En el verano de 2015, un Falcon 9 explotó luego de dos minutos del despegue, destruyendo 2 toneladas de alimentos, suministros y experimentos científicos que se dirigían a la Estación Espacial Internacional. En el otoño de 2016, un Falcon 9 explotó en la plataforma de lanzamiento mientras era alimentado para una prueba de rutina. El cohete y su carga útil, un satélite de comunicaciones israelí, se incendiaron. SpaceX volvió en 2017 y ha lanzado decenas de misiones sin incidentes desde entonces, incluido un vuelo inaugural de su monstruoso cohete, el Falcon Heavy.

La compañía, fundada en 2002, ha dominado la entrega de una variedad de cargas útiles al espacio: satélites comerciales, misiones secretas, incluso un módulo de aterrizaje con destino a la luna. Se ha consolidado con los cohetes reutilizables, perfeccionando una maniobra complicada que devuelve los cohetes a la Tierra, los aterriza en el suelo o en un barco frente a la costa atlántica, para ser restaurado y volado de nuevo. Además, del escudo térmico que protege a la nave durante la reentrada a más de 1650ºC.

El año pasado, lanzó más de 20 cohetes al espacio. Las naves espaciales SpaceX habían visitado a la Estación Espacial Internacional en más de una docena de veces, para entregar suministros e instrumentos científicos a los astronautas a bordo. Pero esta misión era diferente a las demás. La nave espacial que se lanzó el sábado fue diseñada para transportar humanos, aunque no había personas a bordo, SpaceX necesitaba probar que la misión funcionaría.

La NASA le otorgó a la compañía un contrato de mil millones de dólares para diseñar, construir y probar un nuevo sistema de transporte capaz de llevar astronautas desde y hacia el único puesto de avanzada de la humanidad en el espacio. Los EE. UU. no han lanzado astronautas desde que finalizó el programa del transbordador espacial, en 2011. La NASA ahora usa las capacidades de lanzamiento de Rusia, pero en su lugar quiere utilizar compañías estadounidenses para todas sus necesidades de viajes tripulados.

 

La NASA y SpaceX ahora revisarán los datos de la misión, incluido Ripley el “único pasajero” (personaje de Sigourney Weaver en la película Alien), un maniquí equipado con sensores que mostrarán cómo sería la experiencia para los seres humanos, pudiendo describir de primera mano cómo se siente la caída a la Tierra en una cápsula retornable. Los primeros astronautas que volarán en el Dragón fueron seleccionados y ya están en entrenamiento.

Una nueva era en el vuelo espacial

El exitoso regreso del Dragón marca el comienzo de una nueva era en el vuelo espacial. Durante décadas, el negocio del envío de personas estuvo exclusivamente dentro del ámbito gubernamental, comenzando con el Proyecto Mercury en la década de 1960 y finalizando con el programa de los transbordadores espaciales, que transportó a los astronautas durante 30 años antes de retirarse por los altos costos y preocupaciones de seguridad. La NASA otorgó un contrato similar de mil millones de dólares a Boeing para desarrollar su propio sistema de transporte junto con SpaceX. La esperanza es que ambas compañías asuman el trabajo de entregar astronautas a la Estación Espacial Internacional y la NASA les pagará por hacerlo.

La misión exitosa significa que SpaceX ha superado a Boeing en el esfuerzo por enviar astronautas de la NASA al espacio. Ambas compañías se han enfrentado a retrasos programados y problemas técnicos, algunos de los cuales aún no se han resuelto, desde que se originaron. SpaceX aún tiene una lista de obstáculos por superar, incluida una prueba de seguridad del sistema de aborto de lanzamiento del Dragón, diseñado para lanzar la cápsula lejos de un cohete defectuoso. Si se marcan estas casillas, los astronautas de la NASA podrían embarcarse en una cápsula Dragón este mismo año.

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