La propiedad intelectual y la necesidad de respetar el trabajo científico

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El objetivo general a largo plazo para los países en desarrollo sigue siendo el establecimiento de una sólida base de crecimiento económico. Esto incluye el progreso hacia la autosuficiencia agrícola y el estímulo a la actividad comercial e industrial. Las políticas industriales continúan enfatizando el establecimiento de pequeñas y medianas industrias en sectores prioritarios, así como políticas comerciales que promuevan un mejor equilibrio entre las exportaciones de las materias primas y los productos manufacturados acabados. Al mismo tiempo, debe darse un impulso para obtener los máximos beneficios económicos a partir de sus enormes recursos en la creación endógena, incorporando los conocimientos tradicionales y las artes indígenas.

Los numerosos desafíos del siglo XXI requieren de nuevos enfoques. Uno de esos desafíos es el de la tecnología de la información, en particular, la difusión mundial del uso de Internet y todas las cuestiones que plantea en cuanto al derecho de autor y los derechos conexos, así como en la práctica justa en materia de propiedad intelectual. Otro desafío se encuentra en el campo de la biotecnología, que ha sufrido importantes avances en ingeniería genética, dando lugar a cuestiones no sólo biológicas y técnicas, sino también humanas y éticas. El uso de los conocimientos tradicionales y los recursos genéticos también están evolucionando de manera que afecta a los países en desarrollo y por ende, a la propiedad intelectual.

La propiedad intelectual ha sido reconocida y utilizada desde hace mucho tiempo por los países industrializados y está siendo utilizada por un número cada vez mayor de países en desarrollo, como una herramienta importante del avance tecnológico y económico. Es del interés de muchos países en desarrollo establecer sistemas nacionales de propiedad intelectual creándolos o fortaleciéndolos. En Venezuela, el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI) no responde adecuadamente a las necesidades actuales de desarrollo. Es así que Eduardo Samán, exministro del Poder Popular para el Comercio, exdirector del SAPI y profesor de la UCV, indicó en el 2012: “Lo que se financia con fondos públicos no debe ser de dominio de nadie, ni de particulares ni de empresarios”. A su juicio, “el conocimiento es producto del trabajo, no es mercancía. La investigación no puede ser motivada por la ganancia económica”.

Sin embargo, la mayoría de las invenciones en el mundo se desarrollan bajo relación laboral. Un sistema de patentes equitativo y modernizado, proporciona reconocimiento y beneficios materiales al inventor, constituye un incentivo para la actividad inventiva y de innovación, así como dar la protección a la inversión realizado por entes públicos o privados. También crea un clima favorable para la transferencia de tecnología mediante la seguridad que proporciona al titular de la patente.

Una tarea esencial que nos toca a futuro en el País es definir entre los propietarios y usuarios la patente, permitiendo la explotación con éxito en el comercio y la industria. Actuando como inspiración o catalizador para nuevas invenciones y esto contribuye al avance de la ciencia y la tecnología.

Los venezolanos somos talentosos, de nuestro país han salido grandes hombres y mujeres que han puesto su granito de arena para que el mundo sea mejor o para crear soluciones que ayuden a millones de personas en su vida diaria. Siendo el caso del ilustre Humberto Fernández Morán quien inventó el bisturí de diamante, herramienta utilizada mundialmente para la microcirugía. La patente que protegió su invento (US No. 3.060.781) estuvo por muchos años vigente para el Instituto Venezolano de Investigación Científicas (IVIC). Otro ejemplo, fue el invento que dejó atrás al pilón y al molino de maíz, con la patente N° 5.176 de Luis Caballero Mejías, desarrollando el proceso para la obtención de la harina precocida o masa de maíz deshidratada, patentada en Venezuela. Más recientemente, Alfredo Blanco creó un lápiz electrónico que permite escribir en Braille transmitiendo la información mediante Bluetooth. A este respecto, es necesario que los objetivos de desarrollo de nuestro país se reflejen en un sistema eficiente de patentes.

Fotoleyenda: Humberto Fernández Morán, científico venezolano inventor del bisturí de diamante.

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