«El diálogo destruye cualquier situación macabra
Antes de usar balas, disparo con palabras»
La Bala. Calle 13
En el año 2009 el Estado decretó una Ley para la prohibición de videojuegos y juguetes bélicos en la búsqueda de erradicar la venta, compra y uso de formas de entretenimiento que inciten a la violencia o promuevan el uso de armas de fuego de cualquier tipo. Aunque estoy de acuerdo con ello, estoy consciente que apenas fue un saludo a la bandera y una contradicción con lo que el Gobierno hace y promueve. Pacifismo de palabra, solo de palabra.
Hasta este viernes, 24 de noviembre, en San Cristóbal habían muerto 16 niños/niñas por el violento disparo de la desnutrición. Solo en el mes de Noviembre murieron 7, que si bien ingresaron por otra enfermedad de base, la situación de desnutrición aceleró la enfermedad y les produjo la muerte. Así mismo, en las últimas semanas conocimos de la muerte de niños y niñas en el Estado Bolívar, específicamente en el sector Guaiparo, en el pediátrico Menca de Leoni, en el que durante 2017 han muerto 41 niños/as. Esto es solo en dos Estados del país y en un centro de salud por cada uno de ellos, en los que alguien se atrevió a hablar.
Si lográramos burlar la censura o autocensura y recabar la información completa de niños y niñas que han muerto por desnutrición en 2017 a nivel nacional, no cabría duda de que estamos frente a una Emergencia Compleja -para llamar a las cosas por su nombre-. No se trata solo de una Crisis Humanitaria, sino que se le agrega el adjetivo de GRAVE y ha pasado a llamarse Emergencia Compleja ya que no es resultado de una situacion relacionada con las consecuencias de un desastre natural, sino el «resultado de una combinación de inestabilidad política, conflictos y violencia, desigualdades sociales y una pobreza subyacente», como leemos en la categorización del portal web de la FAO. Adicionalmente, esta clasificación tiene que ver con la acción y/u omisión de personas y responsables políticos de atender las necesidades de la población. Entonces, no es un hecho aislado, es un problema de salud pública de urgente atención.
Sin embargo, se ha convertido en hábito que al trascender una denuncia sobre una situación en el sistema de salud en la que debería acudir el Ministro, viceministro o algún responsable -de los tantos que han creado- en materia de salud, quien acude a realizar la «averiguación» es la policía política, es el Sebin. No para buscar una solución o dar alguna respuesta a esta realidad, sino para generar terror, amedrentar y cohibir a la gente que quiere denunciar.
Frente a la proliferación de estas noticias de muerte, decadencia de la población y de hambre generalizada, el vicepresidente del Área Económica, Wilmar Castro Soteldo, celebró que «uno de los principales proyectos entre nuestros países (Rusia y Venezuela) es la construcción de una fábrica para producir el mundialmente conocido fusil Kalashnikov». Es decir, ante una situación tan grave y lamentable de muerte por inanición de la infancia en Venezuela -sin agregar al resto de la población que también lo padece- el chavismo tiene como principal proyecto la producción de municiones y armas de guerra de Rusia.
Es cuanto menos paradójico que ante la pobreza creciente, la muerte por hambre o por falta de medicinas, la prioridad del Gobierno sea un acuerdo con Rusia para la construcción de fabricas de armas del país al que por cierto le han entregado lomito en el arco minero, ubicado en uno de los estados más afectados por la desnutrición infantil, ¿En qué piensan?, ¿Cuál es su prioridad?, ¿Qué tipo de acuerdo bilateral los puede llevar a querer producir armas y no comida?
Entonces, en Venezuela el chavismo prohíbe el uso de juego bélicos para evitar promover la violencia, hace videos promocionales cantando a la paz, pero se creará una fábrica para producir el fusil Kalashnikov… Se destruye el aparato productivo, no se producen alimentos en cantidad necesaria para el consumo interno pero el principal acuerdo con Rusia es una fábrica de armas para surtir a toda latinoamérica del histórico fusil… se nos muere la infancia de hambre y a al chavismo se le ocurre fabricar armas y municiones. El mundo al revés definitivamente se quedó corto.
Entonces, mientras prohíben los videojuegos y juguetes bélicos para una población con niños cada vez más desnutridos, el chavismo gobernante coloca a Venezuela como el patio trasero de un grupo de países imperialistas para aumentar su mercado, aumentar sus cuotas de poder en el reparto del mundo y permitir la penetración de sus capitales y productos, en este caso principalmente bélicos, en Latinoamérica, todo ellos en nombre del antiimperialismo, la soberanía y la paz. Qué cinismo.
[…] Sembrar Kalashnikov para “matar el hambre” con silencio […]