Los mosquitos portan microbios que causan enfermedades devastadoras, desde los virus del zika, dengue y fiebre amarilla, hasta los parásitos Plasmodium que causan la malaria. Cuando un mosquito pica a una persona con malaria, esos parásitos suben por su hocico y terminan en su intestino. Allí, los parásitos se aparean y se multiplican, creando una nueva generación que puede infectar a la siguiente persona que es “mordida”. La malaria es uno de los peores flagelos del mundo, solo en 2016 infectó a 194 millones de personas y causó 445 mil muertes. Para la misma época en Venezuela, la Organización Mundial de la Salud estimó que al menos se dieron 300 mil casos y 280 decesos, una cifra difícil de verificar dado que el sistema epidemiológico de nuestro país es muy precario.
Ahora bien, como alternativa al combate de la enfermedad se plantea la erradicación del mosquito. Pero manipular los ecosistemas es complicado, es importante evitar el uso de métodos que sean demasiado amplios, como esparcir DDT. Ya es bastante difícil predecir los efectos de matar una especie, como para perder cualquier otra accidentalmente en el proceso. Si vamos a erradicar mosquitos en todo el mundo, necesitamos un método que sea específico para esa especie e ineludible, donde la especie sea inconscientemente responsable de su propia muerte.
Tal idea ha llegado. Los biólogos han desarrollado una forma de manipular la genética de los mosquitos que obliga a las poblaciones enteras del insecto a autodestruirse. La técnica ha demostrado ser tan exitosa en las pruebas de laboratorio, que sus autores prevén que la malaria podría eliminarse en dos décadas. El equipo dirigido por la bióloga Andrea Crisanti, alteró un gen que trastorna el desarrollo sexual del mosquito haciendo a las hembras infértiles.
Crisanti descubrió que las poblaciones de mosquitos en el laboratorio pueden extinguirse en 11 generaciones, según informan en la edición del lunes 24 de septiembre, de Nature Biotechnology. Pero, ¿qué sentido tienen los mosquitos? ¿Qué papel juegan en el ecosistema? ¿Deberíamos deshacernos de todos? ¿Cuáles serían las consecuencias? Me hago las mismas preguntas sobre las moscas y cucarachas. Por tanto, no debería extrañarnos escuchar a la gente tan ansiosa por causar una extinción en vez de prevenirla, ¿verdad? Este odio no es solo porque los mosquitos sean molestos, sino porque son el animal más letal del mundo para los humanos. Diseminan o transmiten enfermedades, que en conjunto causan más muertes cada año que la guerra y los homicidios combinados.
Pero para docenas de otras especies salvajes, son competidores, polinizadores o presas. ¿Los mosquitos tienen otro propósito que propagar enfermedades? Más importante aún, ¿tienen un papel que hace que valga la pena mantenerlos? Desafortunadamente, ninguna especie depende exclusivamente de ellos, como lo demuestra lo publicado en 2010 en Nature. Otros insectos podrían florecer en su lugar y parece que la mayoría de las especies encontrarían alternativas para comer, mientras la polinización del mosquito no es crítica para ninguna planta.
El reemplazo de los mosquitos pudiera ser peor
Así, Phil Lounibos señaló a la BBC que cualquier insecto que reemplace a los mosquitos podría ser “igual o más indeseable desde el punto de vista de la salud pública”. El escritor científico David Quammen sugiere que los mosquitos protegen las selvas tropicales en las que prosperan, manteniendo a raya a los seres humanos y por tanto la deforestación. Pero, ¿ocurrirían cambios drásticos o de larga duración? De nuevo, no lo sabemos con seguridad. Los ecosistemas son complejos y los expertos no están de acuerdo.
Target Malaria, un consorcio de investigación sin fines de lucro respaldado por Bill Gates que desarrolla mosquitos genéticamente modificados, indica que la tecnología es ambiciosa y nueva, y por lo tanto polémica. Este octubre, un equipo de científicos de Target Malaria de las Universidades de Ghana y Oxford se embarcarán en un estudio de cuatro años sobre la ecología del mosquito antipalúdico Anopheles gambiae en Ghana. En última instancia, esperan comprender cómo reaccionarían los peces, murciélagos, flores e insectos, si esas poblaciones de mosquitos se redujeran o se eliminaran por completo.
El estudio seguirá al mosquito desde la etapa larval, siguiendo a través de su edad adulta hasta la muerte. El estudio también observará a los animales que están comiendo mosquitos. Los resultados ayudarán a los investigadores a determinar qué proporción de la dieta de los murciélagos está compuesta por Anopheles gambiae. El equipo también recolectará mosquitos y los granos de polen que transportan, para identificar las especies de plantas de donde proviene el polen.
Falta mucho todavía
Todo lo que los científicos ya saben sobre los mosquitos sugiere que la eliminación del Anopheles gambiae no tendrá un mayor impacto en el ecosistema. Parece constituir solo un pequeño porcentaje de la dieta de los animales que lo consumen y de la polinización para las plantas que dependen de él, dice Mamadou Coulibaly, un investigador de la Universidad de Bamako. “No podemos dar nada por sentado”, dice, especialmente cuando se trabaja con una tecnología potencialmente poderosa de exterminio. Target Malaria tiene cuidado al decir que su objetivo no es eliminar todos los mosquitos, sino la malaria y es posible que suprimir el número de Anopheles gambiae sea suficiente para romper el ciclo de transmisión. Borrar especies enteras de mosquitos de la faz de la Tierra sería mucho más difícil, y tal vez un poco delirante.
Sin embargo, los mosquitos realmente no tienen muchos defensores, incluso entre los científicos que los conocen más íntimamente. La idea de erradicarlos para detener la malaria no molesta particularmente a Steven Juliano, un investigador de la Universidad Estatal de Illinois. “Vale la pena perder una especie”, dijo. “Puede valer la pena porque la carga del sufrimiento humano es bastante alta”. En comparación con las pérdidas del dodo y el tigre de Tasmania, que fueron completamente desafortunadas, los beneficios de la erradicación del mosquito superarían incluso las estimaciones más pesimistas.
El exterminio global de los mosquitos vectores, sea o no factible y sea o no una buena idea, está muy lejos. Hasta entonces, las mejores estrategias son hacer reducciones locales. Lo más importante, protegernos.
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